13 enero 2006

Mi vieja escuela

Hay días que me detengo cuando paso junto a ella, observando como el paso del tiempo, le ha pasado factura.
En mi memoria es blanca, inmensa, y llena de vida. Hoy al mirarla pensé en aquellas estrofas de Bécquer extraídas de su poesía; “Cerraron sus ojos”:
Despertaba el día
y a su albor primero
con sus mil ruidos
despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
de vida y misterio,
de luz y tinieblas,
yo pensé un momento:
"¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!"
En cierta manera, los políticos solo se acuerdan de la educación cuando llega la época de las elecciones, ¿y después?, ¿quién se acuerda de nuestros colegios?.
Grietas por reparar, roturas o faltas en la calefacción, mantenimiento de baños, limpieza en general, arreglo de sus fachadas, y así pueden ir ustedes añadiendo una larga lista de detalles que necesitan las escuelas de nuestra queridísima comarca de la Marina Alta.
Lo increíble es que cada año, los ayuntamientos destinan una partida para mantenimiento de sus colegios, pero de la misma manera esos dineros asignados se van diluyendo en otras partidas presupuestarias de distinta índole, a lo largo del año, sin que nadie apenas, se percate de esto.
Solo quedan luchando los de siempre, los que para más vergüenza nuestra, dan la cara por todos nosotros; por supuesto que hablo de las Asociaciones de Padres de Alumnos.
Desde este humilde blog, quiero felicitar muy especialmente a todas las madres y todos los padres, que pertenecen, o han pertenecido a este colectivo.
Cuántas cosas se consiguen por la lucha de unos pocos, y digo bien, unos pocos, porque solo tienen que acercarse a las asambleas escolares, para comprobar lo que los padres nos preocupamos por nuestros hijos.
Hoy, cuando miré mi escuela, mi vieja escuela, sentí tristeza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado, y tienes toda la razón.
Tu vieja escuela, que es ahora la de mi niña, está que da pena. Sobretodo por fuera.
Está sucia, las persianas hará siglos que no las limpian, la fachada lo mismo.
Por dentro es diferente. Se nota que es un edificio viejo, pero como está lleno de colores de los dibujos que hacen nuestros hijos, pues parece, si no nuevo, por lo menos más alegre, no te parece?
En fin, que esa vieja escuela, necesita de un buen lavado de cara y de un buen lavado interior, je je...
Pero parece que para estas cosas nunca hay dinero, ni tiempo...
Y yo soy una de esas madres que no va nunca a ninguna reunión de las que hace el AMPA.
Por varias razones.
Primero, porque yo no soy de las que hablan, opinan o protestan, así que creo que poco sirve que yo vaya.
Segundo, porque dudo mucho que el AMPA sirva para algo, sinceramente, no sé a qué se dedican.
Y tercero, y esta no es una razón por las que no voy a esas reuniones, yo me preocupo por mi hija, por supuesto que sí, y no creo que por no ir a esas reuniones sea una despreocupada :)
O sea, que yo pienso que hay gente a la que pagamos por hacer ese trabajo. QUE LO HAGAN!!