07 enero 2006

Inmigrantes

Seguro que muchos de ustedes ven a diario bastantes personas con rasgos de otro países, en cualquier población de nuestra comarca, Adsubia, Vall de Laguar, Benimeli, Benigembla, Lliber, Xalo, Denia, Ondara, Calpe, Javea y así hasta completar las casi cuarenta poblaciones de nuestra comarca.
¿Se acuerdan de cuantos de nuestros abuelos fueron a recoger arroz?. Sueca, Sollana, la Albufera, etc. ¡ y se quedaron en Valencia después de esa época!, y sin ir tan atrás en el tiempo, ¿cuántos de nuestros padres emigraron?; Francia, Alemania, Argentina, y así una lista extensa de países a donde nuestros familiares se desplazaron.
¿Cuántos han vuelto? ¿Cuántos han quedado?.
La gran mayoría de nosotros somos hijos de esa época que a nuestros padres y abuelos les toco vivir.
Ahora puedo observar la desconfianza de la gente hacia los inmigrantes, incluso hasta por su nacionalidad, esta será mayor o menor.
Los marroquíes se llevan la peor parte, junto a la gente de color (y estos sean de donde sean), después los sudamericanos, y se libran los ciudadanos del este; rumanos, búlgaros, eslovacos, etc., que por su similitud con nosotros en cuanto a color de piel, y costumbres, se salvan de la quema de la discriminación y xenofobia que recorre la comarca.
Lógicamente no nos importa si son italianos, franceses, ingleses, o cualquiera de los países que suenan bien a nuestros oídos, ya que son europeos, y tienen todo el derecho del mundo a estar aquí, y convivir entre nosotros, claro, ¡ellos si!.
¡Cuanta hipocresía!
Queremos tener los mismos derechos.
Queremos tener las mismas oportunidades.
¿Qué damos a cambio?
No queremos que nuestros hijos, jueguen con moros (como les llamamos de forma despectiva), ni negros, ni “sudacas”, eso, eso es lo que les damos.
Vivimos en una comarca multicultural, en donde todos tenemos cabida, y debemos empezar a trabajar para construir este nuevo siglo.
Dejemos a nuestros hijos, la mayor de las herencias.

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